Los operadores logísticos son los actores clave del increíble desarrollo que ha experimentado el comercio en línea en estos últimos años. La crisis de la COVID-19, con sus confinamientos y sus toques de queda, ha llevado a todo un sector a innovar y a acercarse a los clientes finales para ser todavía más reactivo.
1,4 trillones de euros: este es el peso que el comercio en línea tuvo en 2020 en todo el mundo. Una cifra astronómica que refleja la evolución de los modelos de consumo durante estos últimos años, con una aceleración desde el inicio de la crisis de la COVID-19 y el impulso de una actividad clave en el sector: la logística.
Los actores entre bambalinas de esta revolución son los operadores logísticos, informáticos y mecánicos. ¿Cuál ha sido su función? Optimizar los plazos de entrega manteniendo la mejor calidad de servicio posible.
“Hoy en día, la primera limitación de nuestros clientes ya no es solo el precio, sino también el tiempo”.
Distribución a gran escala, moda, editoriales, electrodomésticos, informática y ofimática… En todo el mundo, la mayoría de los sectores utiliza ya este tipo de distribución.
“La cantidad de paquetes distribuidos aumentó un 30% en 2020, mientras que en los últimos cinco años el crecimiento ha sido tan solo del 8 al 10%. Aun así, estamos asistiendo a la aceleración de nuestro mercado, pero no a su disrupción”, afirma Nicolas Jaffeux, gerente de Actemium Lyon Logistics. Y la tendencia está lejos de perder fuelle.
¿La palabra clave de la logística en tiempos de crisis? Reactividad. Capacidad de respuesta de las aplicaciones y los repartidores en contacto directo con los clientes, capacidad de respuesta de las plataformas de logística que funcionan a pleno rendimiento.
Estas fábricas ultramodernas prosperan por todas partes. En Francia, por ejemplo, donde según la FEVAD —federación francesa de comercio electrónico y venta a distancia— el comercio electrónico alcanzó un volumen de negocios de 112.000 millones de euros, gestionan entre 20.000 y 200.000 paquetes al día.
Aceleración y proximidad
Para aumentar el ritmo, se instalan o renuevan clasificadores y transportadores, también en tiempo récord. “Hoy en día, la primera limitación de nuestros clientes ya no es solo el precio, sino también el plazo: si antes disponíamos de 12 semanas, ¡ahora solo tenemos 6!”, destaca el gerente.
En esta carrera contrarreloj, los operadores logísticos recurren a empresas locales para reducir los tiempos de intervención y de entrega. “Estamos asistiendo a una reorientación hacia lo local, ya que nuestros clientes necesitan que nuestros empleados monten rápidamente las máquinas en sus instalaciones”, señala Nicolas Jaffeux.
Otro cambio destacado: ahora, una empresa como Actemium Lyon Logistics diseña y fabrica, en sus talleres de 5.000 m², transportadores que permiten desplazar las cargas de un punto a otro de los almacenes. Ya no es necesario importar sistemas “listos para usar”, sino que se fabrican cerca de las plataformas logísticas.
Las tres utilidades de los datos
El crecimiento del comercio en línea y de la logística depende del dominio de los datos. Sitios web de reservas, seguimiento de los paquetes, gestión de las instalaciones… los volúmenes se han disparado. “Si bien en un principio el sector estaba formado por especialistas en automatización y mecánicos, hoy son los informáticos los que recopilan, tratan y explotan estos datos. Por ejemplo, en nuestro caso, 25 de nuestros 120 trabajadores son informáticos”, subraya Nicolas Jaffeux.
Primera misión: la trazabilidad. Los clientes, proveedores y prestadores de servicios quieren conocer la ubicación de un paquete para pagarlo o facturarlo al precio justo. La información sobre el peso y el volumen completa la de los tradicionales códigos de barras.
Segunda misión: estandarizar los métodos de trabajo y anticipar las averías. Están surgiendo nuevos softwares específicos para supervisar la producción en tiempo real ―velocidad, índice de rechazo, trazabilidad―, al la vez que envían la información al cliente.
Tercera misión: automatizar las líneas. Han surgido nuevas normas sanitarias relacionadas con la COVID-19 ―distancia física, mascarilla― para limitar el riesgo de contagio, a las que hay que añadir la voluntad de reducir el riesgo de sufrir trastornos musculoesqueléticos.
Esta nueva realidad ha comportado la mecanización de algunos trabajos pesados. “El vehículo de guiado automático es sin duda una de las grandes innovaciones que están por llegar. Podría aliviar a los operadores logísticos y aportar flexibilidad en los almacenes”. Este mercado alcanzaría un volumen de 300.000 millones de dólares en la década 2030-2040.
“Ahora, nuestro reto es utilizar estos datos y estas nuevas tecnologías para reducir nuestra huella de carbono y la de nuestros clientes”, concluye Nicolas Jaffeux.
17/05/2021