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Por su especial vulnerabilidad a los efectos del cambio climático, edificios e infraestructuras constituyen un ámbito privilegiado para la innovación en estrategias de adaptación. El grupo VINCI se ha dotado de herramientas específicas para orientar el camino hacia la resiliencia climática de ciudades y edificios.

4 °C más: es el aumento para el que se está preparando un país como Francia de cara al año 2100 en la tercera versión, en preparación, del Plan nacional de adaptación al cambio climático (PNACC), con fenómenos naturales crónicos más marcados (aumento de la temperatura media, sequías más frecuentes, variaciones de los regímenes de precipitaciones, modificación de los regímenes de vientos…), que se correlacionan con fenómenos naturales agudos más intensos (canículas / sobrecalentamiento urbano, sequías y precipitaciones extremas, tormentas, megaincendios…).

Las ciudades, que de aquí a 2050 albergarán más de dos tercios de la población mundial, tendrán un papel decisivo en la capacidad de la humanidad para adaptarse a los riesgos climáticos. A una escala de granularidad más fina, el parque inmobiliario, y también todas las actividades que alberga, debe ocupar un lugar central en la reflexión y las soluciones orientadas a garantizar la resiliencia.

Y es que, según el Instituto de Economía para el Clima (I4CE), el Estado francés gasta más de 50.000 millones de euros al año en infraestructuras sin verificar de forma sistemática su resiliencia frente al clima del futuro. “Cuando se habla de la construcción, la cuestión del calentamiento global casi siempre se aborda desde el punto de vista de la ‘mitigación’, es decir, desde la perspectiva de la reducción de emisiones. Pensar en ‘resiliencia’ supone reflexionar en términos de ‘adaptación’, es decir, de limitación de la vulnerabilidad de las infraestructuras. Ambos enfoques se entrelazan y son complementarios”, apunta Nicolas Dumas, environmental project manager en VINCI Energies.

 

Consultoría técnica y modelización

Para favorecer la resiliencia de ciudades y edificios se puede recurrir a diversas técnicas. Las soluciones de adaptación pueden ser estructurales, si se centran en el edificio, o también funcionales y organizativas, cuando implican a las actividades y a los usuarios. Por otra parte, cada vez ganan más peso las soluciones basadas en la naturaleza (véase recuadro).

Priorizar estas soluciones frente a los impactos inesperados del cambio climático es la base de la misión de la empresa de consultoría técnica Resallience, creada en 2019 y que forma parte del grupo VINCI.

Hablar de ‘resiliencia’ implica hablar de ‘adaptación’”

Esta empresa de consultoría técnica dedicada a la adaptación de proyectos, ciudades, territorios e infraestructuras, así como de sus usos, al cambio climático, reúne a un equipo multidisciplinario de ingenieros, geógrafos, climatólogos, economistas, científicos de datos, juristas, arquitectos y urbanistas, todos ellos expertos en el ámbito de la resiliencia frente al cambio climático.

“Ofrecemos a nuestros clientes asesoramiento y servicios digitales relacionados con los fenómenos climáticos que afectan particularmente a las infraestructuras en su contexto territorial. Realizamos (pre)diagnósticos de vulnerabilidad climática, efectuamos una modelización de los riesgos climáticos futuros y orientamos en el desarrollo de planes de acción personalizados”, explica Didier Soto, responsable de proyectos experto de Resallience.

Esta empresa de consultoría técnica, que ha llevado a cabo un centenar de proyectos en Francia y en más de 60 países, ha desarrollado también una herramienta de diagnóstico previo interna para el grupo VINCI, ResiLens, que permite efectuar una primera evaluación de la vulnerabilidad de las infraestructuras frente a unos quince fenómenos climáticos, basándose en los datos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Actualmente, un centenar de personas ya han sido formadas en la utilización de esta herramienta, con el objetivo de acelerar la proliferación de soluciones de resiliencia. Entre sus usuarios están los equipos de VINCI Facilities Alsace, con su oferta ACDC (véase recuadro).

Hoy en día se sabe que, frente a los riesgos climáticos, cuanto más se tarde en tomar medidas, más pesada será la carga que supondrán. El británico Informe Stern ha sido el primero que ha intentado calcular el coste económico de no actuar, y lo ha estimado en un porcentaje de entre 5 y 20% del PIB mundial, es decir, entre cinco y veinte veces más que el coste de actuar.

 


Soluciones basadas en la naturaleza en VINCI Facilities Alsace

VINCI Facilities Alsace, que se cuenta entre los usuarios de la herramienta de cartografía ResiLens del grupo VINCI, creó y desarrolló hace cuatro años en sus propias instalaciones un escaparate de la adaptación al cambio climático. El objetivo de esta iniciativa es permitir a los clientes de la empresa alsaciana responder a los planes de adaptación que han sido publicados por los estados o que se van a publicar en el futuro, limitando los riesgos de detener sus actividades.

“Nuestra propuesta, bautizada con el nombre ACDC, se basa en adaptar el patrimonio inmobiliario de nuestros clientes a los efectos del cambio climático combinando soluciones técnicas y soluciones de adaptación basadas en la naturaleza (SaBN), detalla Noémie Fitterer, responsable de medio ambiente y actividades bajas en carbono en VINCI Facilities Alsace.

La solución desarrollada por el equipo de VINCI Facilities Alsace parte del análisis de la vulnerabilidad de los edificios (efectuado mediante la herramienta ResiLens) para construir un enfoque participativo del desarrollo y la implementación de las medidas y los mecanismos más adaptados.

Antes de poder validar y luego modelizar una oferta que pueda presentar a sus clientes, la empresa alsaciana ha lanzado una prueba in situ, que se efectúa en sus propias instalaciones. Se trata de un experimento que se lleva a cabo en una superficie de 2.000 m² a lo largo de dos años.

El proyecto consiste en la creación de un bosque-jardín comestible, la instalación de nidales y otros refugios destinados a la fauna, la despermeabilización del parking, la optimización de las aguas pluviales, la vegetalización de las fachadas, la valorización de la techumbre con un revestimiento con efecto albedo y la instalación de sombrillas fotovoltaicas. “Todo está cuantificado. Con esta iniciativa deberíamos poder evitar liberar 1 392 toneladas equivalentes de CO2 el primer año y 1 012 toneladas equivalentes de CO2 al año en los años posteriores”, detalla Noémie Fitterer.

Esta prueba ha resultado ser muy concluyente, ya que, a partir de sus conclusiones, VINCI Facilities Alsace ha desarrollado una oferta de servicio modular, que ya ha implementado en uno de los clientes de la empresa.

 


Soluciones naturales y soluciones técnicas

En lo que respecta a la resiliencia climática, conviene distinguir los planteamientos basados en la naturaleza y las soluciones técnicas. Los primeros, englobados en el concepto “soluciones de adaptación basadas en la naturaleza (SaBN)”, tal como las define la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se fundamentan en la naturaleza y sus múltiples servicios. Utilizan medios o fenómenos naturales, o bien se inspiran en ellos: marismas urbanas, vergeles, zonas de propagación de plantas, vegetalización extensiva, almacenamiento del agua de lluvia, muros vegetales, estanques, jardines forestales comestibles, jardines de lluvia, revestimientos drenantes, etc.

Por su parte, las soluciones técnicas se basan en los conocimientos derivados de la ingeniería humana: energías renovables, bombas de calor reversibles, toldos vela de sombra, control del agua y de la energía, sombrillas para la producción de energía renovable, sombrillas para la gestión de las flotas de bicicletas eléctricas, tejados con efecto albedo, estaciones y puntos de recarga para coches eléctricos…

 

12/09/2024