Cómo puede ayudar un dron a resolver mejor las retenciones de tráfico
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La grabación de vídeo a través de un dron es una solución más fiable, económica y segura. La empresa Lee Sormea y Citeos han realizado uno de los primeros estudios de tráfico desde el aire.
¿Por qué y cómo se forma una retención de tráfico? ¿Qué propuestas se pueden formular para mejorar la regulación del tráfico? Para responder a estas preguntas, lo habitual es que una empresa de consultoría realice un seguimiento de los vehículos que entran en la zona crítica durante un periodo de tiempo determinado.
Para ello, o bien los investigadores leen las matrículas a la entrada y la salida del área de estudio para reconstruir trayectorias cruzando datos, o bien una cámara de vídeo instalada en un poste, un pórtico de señalización o un puente graba un vídeo que será analizado posteriormente por los investigadores. Ambas soluciones presentan limitaciones: en el primer caso, el riesgo de errores humanos, y en el segundo, la dificultad de posicionar las cámaras en ciertas configuraciones viarias.
¿Podrían las nuevas tecnologías ayudarnos a imaginar otras soluciones? La empresa Lee Sormea quiso comprobarlo en el sur de Francia. Ante la necesidad de grabar en gran angular una rotonda permanentemente afectada por la congestión de tráfico en la carretera RN 113 a su paso por Arles (sur de Francia), esta empresa de VINCI Energies especializada en estudios de tráfico pensó en utilizar una cámara embarcada… en un dron.
Lee Sormea llevó a cabo este experimento junto con Citeos, la marca de VINCI Energies especializada en alumbrado y equipamientos urbanos dinámicos, ya familiarizada con esta técnica aérea porque periódicamente se ve obligada a efectuar grabaciones « a vista de pájaro ».
Para examinar postes de iluminación de 30 metros en un estadio o para mostrar a las autoridades públicas el área cubierta por una futura cámara de videovigilancia, tradicionalmente había utilizado costosas plataformas suspendidas, hasta que invirtió en un dron equipado con una cámara y en formar a un técnico que, tras cuatro semanas de formación, obtuvo la licencia de piloto de drones.
Visión global
« Esta primera experiencia ha sido muy concluyente en términos de costes, pero también de fiabilidad de la información recopilada y de seguridad del personal, que habría tenido que trabajar en condiciones difíciles en este nudo viario », cuenta Matthieu Gondran, responsable de proyecto de Lee Sormea.
« Este método permite presentar al cliente imágenes muy elocuentes, además de las cifras de los análisis. »
El análisis de las imágenes grabadas por el dron permitió obtener una visión global de la rotonda, tanto cuantitativa (número de vehículos) como cualitativa, ya que el vídeo permite identificar los distintos comportamientos, las trayectorias que se siguen en la rotonda y las dificultades de inserción en el tráfico; elementos, todos ellos, que permiten saber cuál es el origen de la ralentización del tráfico. Por otra parte, « este método permite presentar al cliente imágenes muy elocuentes, además de las cifras de los análisis », añade Matthieu Gondran.
Esta herramienta podría perfeccionarse aún más con ayuda de la inteligencia artificial. El responsable de proyectos de Lee Sormea menciona la posibilidad de automatizar el tratamiento de las imágenes grabadas por el dron.
Con o sin inteligencia embarcada, la cámara voladora tiene un futuro prometedor, aunque también presenta limitaciones. El uso de drones en la vía pública está muy regulado y requiere la obtención permisos que pueden demorarse varias semanas.
Como el de la prefectura, vinculado a un área de vuelo estrictamente delimitada para garantizar la seguridad de las personas que se encuentran en tierra, y en ciertos casos (como el de Arles), también el del ejército del aire, si el dron va a volar en las proximidades de una base aérea. Y, por último, no hay que olvidar otra autorización: la del cielo. Para que el dron pueda entrar en acción, las condiciones meteorológicas deben ser favorables.