Ir directamente al contenido de la página Ir a la navegación principal ir a investigar

En un contexto de emergencia climática, la descarbonización de las actividades económicas y la implementación de nuevos modelos de negocio son algunos de los principales retos a los que se enfrentan los empresarios. Pero las cosas no avanzan con la suficiente rapidez. ¿Cómo acelerar en términos de responsabilidad social corporativa (RSC) y de desarrollo sostenible? Nos reunimos con Pascaline Hayoun, directora de Estrategia y Desarrollo Sostenible de Surface Solutions en Saint-Gobain hasta agosto de 2023 y actualmente CEO de Saint-Gobain Hong Kong & Macau. Ganadora de los Premios Mujeres en la Industria 2023 en la categoría de “Mujer de desarrollo sostenible”.

En materia de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y de limitación del calentamiento global, la mayoría de los grandes agentes económicos (Estados, grandes empresas) no alcanzarán los objetivos fijados por el Acuerdo de París. ¿Qué es lo que no ha funcionado en los últimos diez años?

Pascaline Hayoun. En primer lugar, hay que señalar que las diferencias de un continente a otro y de un país a otro son importantes. Las regiones más avanzadas en el tema son las que han sabido introducir normativas fuertes e incentivadoras. Pero gran parte de los países han tardado en posicionarse respecto a estos objetivos de desarrollo sostenible. Los países europeos son los más avanzados, mientras que Estados Unidos ha tardado más en comprometerse. En cuanto a China e India, dos grandes países emisores de gases de efecto invernadero (GEI), recientemente han adoptado iniciativas para alcanzar la neutralidad en carbono y para desarrollar las energías renovables.

Las empresas también deben asumir su responsabilidad. Aunque las más grandes hayan definido objetivos y planes de actuación, deben movilizar a todo su ecosistema. Por su parte, las empresas intermedias o medianas empresas (sus proveedores y socios), al carecer de recursos financieros y humanos, necesitan apoyo y acompañamiento para entrar en la carrera. La aparición de profesiones vinculadas al desarrollo sostenible es muy reciente. La formación universitaria relacionada con este tema sigue siendo escasa.

¿Cree que aún es posible reducir significativamente las emisiones de GEI y, en términos más generales, acelerar el ritmo en materia de desarrollo sostenible y RSC?

P.H. Vamos por el buen camino. Estamos notando una clara aceleración de los objetivos y las acciones que se refleja en los resultados. Pero aún serán necesarias una serie de innovaciones futuras para alcanzar el objetivo de “cero carbono” de aquí a 2050. El Grupo Saint-Gobain se ha comprometido a alcanzar las cero emisiones netas de carbono en 2050. Los equipos se movilizan a todos los niveles para innovar y crear soluciones que contribuirán a la descarbonización del sector de la construcción. En 2023, todos estos esfuerzos permitieron reducir en un 34% respecto a 2017 las emisiones de CO2 en los alcances 1 y 2.

¿Qué papel desempeñarán la innovación, la I+D y la tecnología en esta batalla? Para algunos es la solución, mientras que otros lo ven más bien como un problema…

P.H. En mi opinión, la innovación es una parte esencial de la solución. Tenemos que repensar nuestra economía y nuestros medios de financiación para poder impulsar y reorientar las inversiones hacia actividades más beneficiosas para la ecología y el medio ambiente. Hasta ahora, los retos tecnológicos siempre se han superado. El auge de la IA y su rapidísimo despliegue pueden contribuir a ello.

“La innovación es una parte esencial de la solución”

Las restricciones normativas, como la directiva europea CSRD que ha entrado en vigor este año, ¿son una buena solución?

P.H. Son decisivas, ya que dan un impulso y proporcionan también un marco, sin los cuales, por desgracia, nuestra sociedad no avanzaría. En cambio, por ejemplo, podemos ver que aquí en Hong Kong, donde el marco normativo en materia de construcción no es lo suficientemente incentivador, es más complicado avanzar en los temas de desarrollo sostenible. La normativa es claramente un acelerador, pero tiene que elaborarse junto a las partes interesadas. También debe estar sujeta a auditorías y controles para garantizar que sea efectiva.

En las empresas, ¿cómo se movilizan las energías internas, tanto de los órganos de gobierno como de la dirección y la plantilla?

P.H. Todas las empresas que han logrado integrar el desarrollo sostenible en su modelo de negocio se han apoyado en unos órganos de dirección convencidos y movilizados. En Saint-Gobain, los objetivos de desarrollo sostenible forman parte de los KPI de la empresa. Van acompañados de una concienciación colectiva y cuentan con la participación de todos los empleados a través de programas de sensibilización y formación. Existen distintas herramientas, desde el Mural del Clima hasta aplicaciones que miden la huella de carbono de una persona, un producto, un proceso… El Grupo Saint-Gobain aspira a que el 80% de sus trabajadores hayan recibido formación sobre el Mural del Clima de aquí a finales de 2025, y en Hong Kong estamos muy bien encaminados para alcanzar este objetivo. Además, hay que integrar este planteamiento en la vida profesional y personal de los empleados, lo que pasa por vincular parte de las primas de los empleados a objetivos de desarrollo sostenible.

 ¿Cuáles son los principales puntos de paso? ¿Los frenos? ¿Qué lecciones ha aprendido de su experiencia en la división Surface Solutions de Saint-Gobain?

P.H. Internamente, los frenos pueden estar relacionados con la sensación de tener que gestionar cargas adicionales durante los procesos. En Saint-Gobain, hemos eliminado estos obstáculos integrando completamente la responsabilidad social corporativa en nuestras acciones y en la estrategia del Grupo, lo que permite una alineación llena de sentido entre nuestra visión ―ser el líder mundial en construcción sostenible― y nuestra razón de ser ―“Making the world a better home”―. La RSC no se vive como una limitación, sino como una palanca diferenciadora. Aparte de los equipos internos, también hay que implicar a los clientes, a los proveedores y a toda su cadena de valor. Externamente, la ausencia de normativa y la capacidad de lograr que los clientes acepten el planteamiento también pueden representar un obstáculo.

 Desde enero de 2024, es usted CEO de Saint-Gobain Hong Kong & Macau. Las consecuencias del calentamiento global en esta parte del mundo son monumentales. ¿Este tema preocupa realmente a los dirigentes políticos y económicos?

P.H. La lucha contra las emisiones de GEI es una prioridad para las autoridades de Hong Kong, pero en el sector de la construcción, la ausencia de un marco jurídico y normativo frena las iniciativas. Aun con todo, ya se han puesto algunas cosas en marcha, como las etiquetas ecológicas. El reto en esta región está en movilizar a toda la cadena de valor, incluidos algunos agentes privados, como las pymes, para las que todavía no es la principal prioridad. Se trata de convertir esta batalla en una oportunidad para destacar en el mercado y sensibilizar a los actores públicos y privados. En Hong Kong, muchos edificios requerirían una reforma para mejorar su desempeño energético. Entre los grupos que están alineados en este tema se está desarrollando un sentimiento de solidaridad y sinergia, lo que está creando un verdadero impulso.

¿Cuáles son su hoja de ruta y su plan de acción en materia de desarrollo sostenible e innovación en Saint-Gobain Hong Kong & Macau?

P.H. Todavía queda camino por recorrer para sensibilizar y movilizar a todos los equipos en torno a las cuestiones relacionadas con la RSC y la innovación. Adquirida por Saint-Gobain en 2016, la empresa que dirijo y que emplea a unas 120 personas está culturalmente bastante alejada de estos temas. Aquí los residuos realmente no se clasifican. Las iniciativas en este sentido apenas empiezan a aflorar. He puesto en marcha un amplio programa de formación a través del Mural del Clima, un juego para sensibilizar a los empleados y a sus familias sobre la construcción de edificios con bajas emisiones de carbono y las operaciones de recogida de residuos. En 2024, he fijado objetivos de desarrollo sostenible para todos los miembros de mi Comité Ejecutivo. En 2025 haré lo mismo con todos los directores.

“La normativa es un acelerador, pero tiene que elaborarse junto a las partes interesadas”

¿Y en cuanto a su base de producción?

P.H. Saint-Gobain es el único productor de mortero de Hong Kong. Nos hemos fijado el objetivo de reducir nuestra huella medioambiental en CO2 (alcances 1 y 2) en un 33%, nuestro consumo de agua en un 50%, y nuestros residuos no valorizados en un 80% de aquí 2030. En cuanto a la cadena de suministro, estamos concienciando a nuestros proveedores para que entiendan que podemos tener intereses compartidos en este ámbito.

En cuanto al transporte y envío de nuestras materias primas, aunque no tenemos un control directo sobre esta actividad, estamos promoviendo la electrificación y la hidrogenación de los medios de transporte. También estamos actuando sobre la huella de carbono de nuestros empleados con la instalación de puntos de carga para sus vehículos eléctricos y la instalación de paneles fotovoltaicos en nuestros edificios para el consumo propio de energía.

Por último, en cuanto a la innovación, nuestros equipos de I+D están trabajando en la creación de un tipo de mortero que requiera menos cantidad de cemento, cuya huella de carbono es muy elevada. Pero hay que encontrar materiales de sustitución, es decir, residuos generados por otras industrias que estén disponibles localmente en grandes cantidades. Nuestro vidrio bajo en carbono Oraé, lanzado en 2022 y que emite un 50% menos de CO2 que los vidrios tradicionales, se produce desde hace poco en India, de modo que podemos abastecer a nuestros mercados asiáticos.

 Crecimiento, descarbonización, tecnologías… ¿Cuáles son las principales diferencias entre esta parte de Asia y el mundo occidental?

P.H. En esta región, los condicionantes climáticos son importantes. En estas zonas húmedas y cálidas, la durabilidad de los materiales se ve afectada, por lo que hay que innovar de forma diferente para adaptarse a estas condiciones específicas. En términos más generales, hay que seguir incidiendo en la concienciación sobre el calentamiento global. En las escuelas de Hong Kong, por ejemplo, deberían impartirse cursos de sensibilización sobre el desarrollo sostenible.

 La promoción de las ciencias entre las jóvenes y las mujeres es una de sus batallas. ¿En qué punto estamos en este frente?

P.H. Al llegar aquí me llevé una grata sorpresa: hay muchas mujeres al frente de empresas o que ocupan altos cargos. Saint-Gobain está muy comprometida con esta cuestión, y los CEO de Malasia/Singapur, Indonesia y Tailandia son mujeres. Pero sigue siendo muy difícil contratar mujeres para puestos técnicos. En algunas zonas de Asia, el peso cultural sigue siendo grande y a veces es difícil que las mujeres puedan emanciparse.

 ¿Cuáles son sus fuentes de inspiración en materia de gestión, dirección de empresas y desarrollo sostenible?

P.H. Al haber trabajado en distintos países, admiro a las empresas francesas que han sabido integrar los objetivos de desarrollo sostenible y transformar su cartera de activos en consecuencia, especialmente las que se han convertido en empresas con una misión. Su esfuerzo es notable, sobre todo teniendo en cuenta que la lucha contra el calentamiento global es ante todo una batalla colectiva.

12/12/2024