Los asistentes virtuales empiezan a introducirse en la industria. Sin embargo, antes de que una cadena de montaje sea controlada por medio de la voz, habrá que eliminar las dificultades que plantean el ruido de fondo y la estructuración de los datos.
“Athena, precalienta la máquina”, ordena un técnico situado frente a una máquina herramienta a través de su casco inalámbrico. “La máquina está precalentada”, responde una voz artificial de mujer. Este diálogo entre el ser humano y la IA para controlar máquinas y robots industriales podría convertirse algún día en algo habitual en talleres y fábricas.
Athena existe, es una interfaz de voz humano-máquina desarrollada por la start-up estadounidense iT Speex y que consta de una parte material (casco, ordenador y periféricos) y de otra de software. Permite controlar una máquina a través de la voz, reclamar un informe de servicio técnico y ayudar a los operadores para otros procesos.
Esta nueva forma de interactuar con las máquinas y los robots industriales es aún muy reciente, ya que iT Speex presentó su tecnología en septiembre del 2018 en la feria IMTS de Chicago. Habrá que esperar algún tiempo hasta que el sistema haya sido testado y aprobado, y esté disponible fuera de los Estados Unidos.
En Francia, la empresa de software SimSoft Industry comercializa asistentes virtuales inteligentes pensados para la industria, como Spix o Vogof. Este último permite al técnico controlar su protocolo de actuación o el desarrollo de sus tareas a través de la voz, acceder a datos pertinentes y contextualizados para ayudarlo, y reconstituir a través de la voz una información estructurada para las medidas u observaciones que deberá realizar.
“La voz es probablemente el sentido humano más prometedor en términos de productividad. Pero en la industria, estamos solo en el principio”
El técnico mantiene siempre las manos libres y puede concentrarse en sus tareas, permaneciendo conectado a su sistema de información. Ventana, fabricante de componentes para los sectores aeronáutico y del automóvil, trabaja desde hace dos años con SimSoft Industry para desarrollar un asistente virtual adaptado a sus ámbitos de especialidad.
Estructurar datos de voz
“La voz es probablemente la intervención humana más prometedora en términos de productividad, pero en la industria aún estamos en los inicios”, opina Thomas Leseigneur, responsable de innovación de Actemium, la marca de VINCI Energies especializada en soluciones para la industria.
Las peculiaridades que encontramos en el entorno industrial son el dominio del vocabulario técnico por parte de la IA de voz y el concepto de aprendizaje, ya que los sistemas de procesamiento del lenguaje funcionan aprendiendo. “La voz es un dato no estructurado, como las imágenes. La estructuración de esos datos por parte del asistente virtual es, pues, esencial para poder explotar correctamente todas las informaciones”, aclara Thomas Leseigneur.
Otra limitación importante, especialmente desde el punto de vista de la seguridad, es el ruido de fondo, ya que puede afectar a la comprensión de las instrucciones por parte del asistente virtual. SimSoft Industry trabaja, por ejemplo, con un ergónomo especialista en lenguaje para que el asistente entienda bien el vocabulario que utilizan los operadores.
En la edición de informes, dictar la información en lugar de escribirla permite ganar mucho tiempo para el tratamiento de esos documentos. “Por ejemplo, si al hacer una inspección de una máquina, un operador detecta un problema en una pieza, puede dictarlo en voz alta. El sistema puede comprobar en el sistema GMAO (gestión de mantenimiento asistido por ordenador) si esa pieza está disponible y, en ese caso, activar automáticamente la creación de un pedido de la pieza de recambio”, explica el responsable de innovación de Actemium.
Los asistentes virtuales tendrán que incorporarse a la automatización de los procesos operativos, en los que se siguen utilizando informes en papel, y generar encadenamientos de tareas entre distintos puestos. En el montaje, por ejemplo, la voz hará posible una interacción más fluida en el proceso de producción.
Sin embargo, las empresas del sector de la industria aún muestran desconfianza ante la externalización de sus datos. Por ello, si los asistentes virtuales profesionales utilizan la nube, como sus homólogos pensados para el gran público Alexa o Google Home, habrá que plantearse intercambios de datos a nivel local para ganarse la confianza de los clientes industriales.
Una vez superados estos obstáculos, los asistentes virtuales asistidos por IA podrán llegar a controlar algún día la totalidad de una cadena de producción. La fábrica estará entonces más cerca de las películas de ciencia ficción que de los Tiempos modernos de Charlie Chaplin.
12/12/2019