En los tres últimos años, la noción de industria 5.0 ha irrumpido en el debate sobre la transformación de las empresas. Un enfoque que es más una evolución de la industria 4.0 que una revolución, con palabras clave como sentido, sostenibilidad y eficiencia.
La noción de industria 4.0 se utiliza desde hace veinte años, hasta el punto de convertirse en un término “cajón de sastre”, de modo que muchos desconocen lo que realmente engloba. La industria 4.0 puede considerarse una caja de herramientas de “ladrillos tecnológicos”, en constante evolución, que permite optimizar los procesos de producción.
Pero en estos últimos tres años ha surgido una nueva noción, la de industria 5.0, que no es una revolución, sino más bien una evolución de la industria 4.0. Su objetivo es dar sentido a la aplicación de las nuevas tecnologías. En cierto modo, actúa como una especie de manual de instrucciones.
La Comisión Europea ha definido claramente los objetivos de la industria 5.0 en torno a tres pilares: las personas, la sostenibilidad y la resiliencia. Así, la tecnología debe ser un medio para que todos adquiramos nuevas competencias, obtengamos mayor autonomía y asumamos más responsabilidades en tareas con valor añadido. Este planteamiento tiene la ventaja de fidelizar a los empleados y de hacer que la industria sea más atractiva para los jóvenes.
Además, al reflexionar sobre el impacto medioambiental de la tecnología, la industria 5.0 también trata la cuestión de la sostenibilidad. Por último, gracias a una mayor flexibilidad y agilidad, las tecnologías también deben contribuir a que seamos más resilientes para adaptarnos mejor a un mundo cada vez más imprevisible.
Identificar los casos de uso
Pero semejante transformación debe basarse en una madurez operativa sólida, por lo que el despliegue de la industria 5.0 requiere una serie de condiciones determinadas. La primera es la identificación de un caso de uso surgido a raíz de las entrevistas sobre el terreno. Entre las cuestiones que pueden aparecer de este modo, suelen estar la baja eficiencia del servicio de operaciones de mantenimiento, la pérdida de material en una línea de producción o incluso problemas de calidad. En el caso de los dos últimos puntos, la recogida de las opiniones de los operarios, unida al análisis de datos, permite proponer soluciones de mejora.
La tecnología como medio
La segunda condición es la de la tecnología propiamente dicha. IoT, 5G, MES (Manufacturing Execution System), data analytics, gemelos digitales, cobot, AGV/AMR (Automated Guided Vehicle, Autonomous Mobile Robot)… Los ladrillos tecnológicos son numerosos y presentan distintos grados de madurez, pero solo deben recomendarse en respuesta a casos de uso previamente identificados, y únicamente en función de la madurez del centro en cuestión.
“La transformación anunciada por el auge de la industria 5.0 debe basarse en una madurez operativa sólida”.
La utilización, por ejemplo, de la realidad virtual en una planta de producción requiere un caso de uso muy específico para que se adopte realmente y, por tanto, sea eficaz. Del mismo modo, para el mantenimiento o el uso de un servicio a distancia, la infraestructura debe ofrecer buenas condiciones de comunicación (5G, wifi…) y el control de los riesgos de ciberseguridad.
Madurez, movilización y adopción
La tercera condición para el éxito de un enfoque 5.0 es el nivel de madurez operativa de la empresa. Esta tiene que haber establecido previamente una cultura de los procesos probada en la que los principios de lean management y lean manufacturing se apliquen específicamente en una lógica de mejora continua.
El cuarto elemento esencial son los promotores. Sin el compromiso decidido de la dirección general, por un lado, y la designación de responsables encargados de impulsar los proyectos 5.0 en la empresa, por otro, la transformación corre el riesgo de perder fuelle con rapidez, por lo que es necesario movilizar a personal capaz de proyectarse durante un largo período, que no es el de la producción.
Por último, los equipos sobre el terreno deben estar suficientemente disponibles y comprometidos para cocrear y adoptar los cambios que comporta la transformación 5.0. Para ello, es necesario movilizar a un grupo de empleados lo más representativo posible de los departamentos implicados. Esta iniciativa transformadora solo puede producirse si se combinan una gestión rigurosa del cambio y la introducción de nuevas tecnologías.
La complementariedad de las áreas de especialización de las diferentes empresas de VINCI Energies permite acompañar a las empresas en la fase de implementación de esta transformación 5.0. Pero el proceso solo será permanente si se realiza un seguimiento a largo plazo.
18/01/2024