Durante los últimos tres años, este emprendedor en serie ha estado desarrollando la empresa XXII, especializada en inteligencia artificial. Una visión de la tecnología que se centra claramente en el ser humano.
No se equivoquen, este joven emprendedor en la treintena, fundador de una start-up centrada en la inteligencia artificial, no es un ferviente creyente en un prometedor futuro tecnológico. Más bien se definiría como un… anti-geek. William Eldin, codirector de la empresa XXII, aboga a su manera por una vuelta a la esencia.
« La visión de nuestra empresa es aumentar el ser humano y sus sentidos con el fin de desarrollar una forma de coeficiente emocional que en cierta medida hemos perdido. »
« La visión de nuestra empresa », explica, « es aumentar el ser humano y sus sentidos con el fin de desarrollar una forma de coeficiente emocional que en cierta medida hemos perdido. La tecnología está ahí para encargarse de todos los problemas diarios relacionados con la vida en sociedad para que así nosotros podamos ocuparnos de nosotros mismos. »
Fan declarado de Daft Punk, William Eldin, quien, junto a su socio y amigo de la infancia Damien Mulhem bautizó su empresa con el nombre de un grupo de música electrónica que creó a los 14 años, es un emprendedor en serie.
Tras haber creado en 2005 una red de tiendas para vender detectores de radares de tráfico, se asoció con Fabrice Pierlot, fundador de Coyote System, especialista en sistemas de avisos de radares y de asistencia a la conducción. Al cabo de ocho años, vendió sus acciones y en 2015 invirtió 1 millón de euros en XXII y la aventura de la inteligencia artificial, entre realidad virtual, gaming, nanociencias y marketing.
En la intersección entre ciencia e ingeniería
Más que de IA, William Eldin habla de deep technology, un concepto « en la intersección entre ciencia e ingeniería », cuyo objetivo es « ayudar a las empresas a aplicar algoritmos muy sofisticados para sus necesidades concretas ».
Pero siempre priorizando al ser humano. « Las personas que acuden a nosotros no lo hacen para trabajar en un solo algoritmo y un único uso », argumenta. « Se enfrentan a numerosas dificultades, lo que significa que debemos calzarnos las botas y visitar una obra para conocer la verdadera problemática de la actividad. Esto es algo que nunca hace un doctor en inteligencia artificial que se pasa el día delante del ordenador. Nuestro trabajo está en la frontera entre ciencia y ejecución ».
Es precisamente este enfoque el que llevó a VINCI Energies a presentar XXII a su red (business units y clientes) en el último salón Viva Tech, que tuvo lugar del 16 al 18 de mayo.
« Industria, construcción de edificios, energía… la inteligencia artificial está presente en todas nuestras actividades » comenta Julien Guillaume, responsable de Open Innovation e Inteligencia Colectiva en VINCI Energies. « El interés de William Eldin y de su equipo reside en que su enfoque, muy pragmático, no se olvida del factor humano y del modo en el que el ser humano usará la tecnología. »
« Es una reflexión que nos recuerda a nuestro credo, Human Beyond Digital », añade Julien Guillaume, que reconoce en William Eldin « una pasión comunicativa y un verdadero sentido de la pedagogía ».
El joven emprendedor, que encabeza un equipo de 60 personas en Suresnes (Francia), a los que se añaden 6 personas en Shenzhen (China) y 2 más en Seattle (Estados Unidos), donde XXII acaba de abrir una oficina, trabaja con grandes empresas como BNP Paribas, Bouygues Telecom, Clear Channel, Dassault, Google, Groupe M6, GRDF, Havas, L’Oréal, Netflix, Novartis, Samsung, Sanofi, SNCF, Shiseido, TF1…
« El punto de vista del ser humano »
« Hemos desarrollado esta competencia en inteligencia artificial basándonos en el punto de vista del ser humano », explica William Eldin. « Nuestro método de aprendizaje es simple: empezamos por observar las interacciones entre las personas y los objetos, que de hecho son casos de uso. »
Y el emprendedor ilustra su explicación: « Por ejemplo, en un aeropuerto, un pasajero llega con una maleta, y los dos se asocian a un identificador. Si la inteligencia que hay detrás de la cámara detecta que el pasajero se aleja de su maleta, al cabo de cierta distancia y de cierto tiempo, esta información se trasladará al centro de control para una posible intervención. En Roissy-Charles-de-Gaulle hay 12.000 cámaras… ¡es imposible mirarlas todas al mismo tiempo! »
¿El secreto de William Eldin? La gestión de la agilidad y… del riesgo. « La agilidad es ante todo una cultura, la cultura de la velocidad. En XXII, organizamos regularmente serious games sobre la rapidez de reacción. Pero siempre teniendo en cuenta el riesgo, porque en nuestra empresa la gente tiene el derecho a equivocarse. Cada seis meses realizamos entrevistas individuales, y si una persona no se ha equivocado como mínimo dos o tres veces, eso significa que no ha arriesgado lo suficiente ». Gestionar los patinazos es esencial para el antiguo socio gerente de Coyote…