Para satisfacer de manera equitativa la creciente demanda de electricidad en todo el mundo, es necesario construir y desarrollar comunidades energéticas renovables y locales, afirma Tamara Yagüe, directora en VINCI Energies Spain.
Cuando observamos nuestro entorno, podemos comprobar la simplicidad con la que interaccionamos con complejos sistemas que generan, transforman, transportan y distribuyen la electricidad en nuestro día a día. Sin embargo, esto aún no es una realidad en todos los países del mundo. A la actual situación de los países en vías de desarrollo se suma un nuevo reto: la población mundial está experimentando un crecimiento descontrolado.
«Mejorar el acceso a la energía no debe hacerse a cualquier precio»
Se estima que en menos de 30 años contará con 3.000 millones más de habitantes, lo que disparará la demanda de energía en países donde ya existe una correcta y segura red de generación y distribución de energía. Este crecimiento demográfico también representará un desafío para las comunidades en vías de desarrollo, con infraestructuras e instalaciones aún precarias, que deberán ampliar sus sistemas energéticos.
Tanto los actores del sector energético como la sociedad en su conjunto nos encontramos en pleno proceso de transición energética hacia un modelo sostenible y responsable. En él, entidades como el Consejo Mundial de la Energía velan porque el aumento de la demanda sea satisfecho con equidad, seguridad y sostenibilidad en todo el mundo.
Modelos descentralizados
Esta es la clave para enfrentarse al reto de la energía del futuro: mejorar el acceso a la energía no debe hacerse a cualquier precio, sino garantizando el suministro mediante soluciones innovadoras en el mantenimiento, la operación y la securización de las redes eléctricas. Todo ello respetando el equilibrio económico, ambiental y social a nivel global.
La integración de este nuevo modelo global pasa por la migración a un sistema de producción de energía renovable, nuevas tecnologías de almacenamiento y redes inteligentes (smart grids) basadas en modelos energéticos descentralizados.
Los nuevos sistemas de producción local de energías renovables permiten trasladar la energía a las comunidades remotas y contar con generadores de energía próximos a los lugares donde se va a consumir esta energía, reduciendo así su huella de carbono.
Estas comunidades surgen como entidades jurídicas destinadas a generar beneficios medioambientales y económicos a los miembros de ese entorno local, equilibrando el complejo triángulo de reducción de los costes energéticos, incremento de la eficiencia energética y aumento de la generación de energía para responder a la creciente demanda global.
Todo ello les ofrece la oportunidad de actuar de forma autónoma a la hora de tomar decisiones sobre cuestiones que van más allá de la generación de un beneficio puramente económico. Esta situación crea un espacio de oportunidades que la sociedad actual está llamada a ocupar.
14/04/2022