El anuncio por parte de Francia de la construcción de nuevos reactores EPR2 es mucho más que un gran avance político: es todo un cambio de rumbo.
Cuando asumí la dirección de la división de energía nuclear de VINCI Energies, en 2019, la tendencia general seguía siendo la invisibilización del sector.
En el plazo de dos años, debido al doble efecto de la crisis climática y las tensiones en el mercado energético, exacerbadas por la guerra en Ucrania, hemos entrado en un nuevo paradigma. La gravedad de los desafíos medioambientales, junto con la extrema volatilidad del mercado energético, han vuelto a situar la energía nuclear en el centro de la cuestión y del mix energéticos. Así, la energía nuclear ha dejado de ser tabú. Mientras que hace tres años solo la mitad de la población francesa estaba a favor de este tipo de energía, actualmente la cifra se sitúa en el 75%.
Una nueva visión
Esta nueva visión energética se implementará en torno a varios ejes.
En la década de 1970 se decretó que, por motivos de seguridad, las centrales no podían funcionar durante más de cuarenta años. Esta norma fue uno de los motivos por los que se decidió cerrar la central de Fessenheim.
Actualmente, los legisladores están estudiando la posibilidad de ampliar la vida útil de las centrales hasta los sesenta años, o incluso más, tal como ocurre en Estados Unidos. Pero lo principal es que en 2022 el Gobierno validó la construcción, de aquí a 2050, de seis nuevos reactores de última generación (EPR2) ―los primeros podrían entrar en funcionamiento en 2035―, y se está estudiando la posibilidad de incorporar ocho reactores adicionales. Nos encontramos, pues, en una encrucijada.
Un programa de gran envergadura
Francia se acaba de embarcar en un programa industrial de gran envergadura, que movilizará una gran cantidad de recursos durante varias décadas. El reto es tanto mayor cuanto que las decisiones políticas de las últimas décadas habían acabado por entorpecer el dinamismo y el desempeño de un sector que, a pesar de todo, mueve 50.000 millones de euros y emplea a 220.000 personas.
Nuestro objetivo es reforzar nuestro papel de actor principal del sector.
Para que este viraje hacia la industrialización del sector nuclear sea un éxito, todos los actores implicados debemos superar dos grandes retos, prerrequisitos indispensables para que este colosal proyecto llegue a buen puerto.
El reto de las competencias
El primero de estos desafíos es el de las competencias. El sector deberá contratar entre 10.000 y 15. 000 equivalentes a tiempo completo durante los próximos diez años. Para lograrlo, habrá que multiplicar las asociaciones con las escuelas de ingenieros, así como con los centros que forman a los jóvenes para los trabajos operativos (bachillerato profesional, certificado de técnico superior).
EDF acaba de abrir varias academias de energía nuclear. En VINCI Energies, no descartamos crear nuestros propios cursos de formación y abrirnos a un público más variado y más femenino.
Pero no basta con contratar. También hay que retener a los trabajadores a largo plazo porque, en el mejor de los casos, se necesitan diez años para construir un reactor. Por eso es necesario ofrecer perspectivas de carrera atractivas e innovar en la gestión.
El imperativo de la excelencia operativa
Otro gran reto es el de la excelencia operativa y la seguridad. Todo el sector está comprometido con un enfoque de calidad.
El GIFEN (Grupo de Industriales Franceses de la Industria Nuclear) ha lanzado su programa Match con el objetivo de consolidar los planes de carga, compartirlos, traducirlos en volúmenes y determinar las necesidades de despliegue en el territorio. En 2020, EDF puso en marcha su gran plan Excell para transformar verdaderamente el sector.
En 2021, nosotros mismos lanzamos un plan denominado AVENIR con el fin de inscribir nuestros procesos y el de nuestras partes interesadas en una dinámica sistemática de mejora continua. El objetivo es garantizar lo que llamamos “acertar a la primera”.
La ambición de VINCI Energies
La división de energía nuclear de VINCI Energies es bastante reciente, ya que se creó en 2012. Actualmente emplea a 2.000 personas y su cifra de negocios es de 300 millones de euros. Es muy probable que esta cifra aumente en los próximos años, durante los cuales esperamos contratar a un gran número de nuevos trabajadores.
Nuestro objetivo es reforzar nuestro papel de actor principal del sector, en particular acompañando a EDF gracias a nuestra experiencia en diseño, ingeniería, construcción y mantenimiento. El gran viraje industrial del sector nuclear es necesario para la transición energética libre de carbono y, por ello, es una causa de interés común.
16/03/2023