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Una serie de retratos de empleadas y empleados de VINCI Energies de diferentes procedencias, con perfiles y trayectorias singulares, y que trabajan en una de las múltiples actividades que conforman la riqueza de VINCI Energies en todo el mundo.

Adrian Matthys, de 22 años, es técnico en automatización en Actemium Suiza. Medalla de bronce en el certamen mundial de formación profesional, continúa su carrera profesional con el apoyo total de sus jefes, a la vez que él mismo que convierte en entrenador.

De niño soñaba con ser guardia fronterizo, pero a los 12 años Adrian Matthys descubrió la informática, una pasión que nunca lo abandonaría. Unos años más tarde, decidió convertirla en su profesión tras visitar una feria de muestras en la que descubrió el mundo de la automatización, los robots y las máquinas inteligentes.

“Este universo me gustó al instante, y en particular la profesión de técnico en automatización, en la que puedes combinar el trabajo de oficina para hacer programación y el trabajo sobre el terreno para implementar los sistemas que has diseñado”, explica este joven ingeniero suizo de 22 años que está estudiando un grado universitario en ciencias, en la especialidad de electricidad y tecnologías de la Información, en la FHNW (universidad de ciencias aplicadas del noroeste de Suiza), mientras trabaja como técnico en automatización en Actemium Schweiz AG en Arlesheim, en las afueras de Basilea, donde pasa el 60% de su tiempo.

Formación continua

Poco después de descubrir la mecatrónica, los períodos de observación profesional (concretamente en las empresas CFC Feldschlösschen y ETAVIS/Actemium) acabaron por convencerlo. “La buena acogida que tuve en Actemium, donde inmediatamente pude realizar un trabajo de programación básica, pero que me enseñó la realidad y el interés de esta profesión, me convenció para incorporarme a VINCI Energies en el marco de mi formación dual”, explica Adrian Matthys.

“Aprecio mucho la manera en que los directivos se interesan por la formación de los jóvenes”.

Aprecia mucho la variedad de tareas que comporta la profesión de técnico en automatización: “¡Es una mezcla de todo! Hay que tener una base en electrónica, mecánica y tecnologías de la información, pero sobre todo hay que tener la capacidad de formarse continuamente en cada una de estas disciplinas para poder progresar en el trabajo diario. Es un reto apasionante adquirir nuevas habilidades y encontrar soluciones para el proyecto en el que estás trabajando”.

La perseverancia ante todo

Para Adrian Matthys, las principales cualidades de un técnico en automatización son “tener una mente lógica y analítica, intuición sobre todo lo relacionado con las tecnologías y, ante todo, perseverancia”. Lo constata a diario en los dos proyectos en los que trabaja actualmente: la elaboración de una biblioteca de programas y el diseño de una POC (Proof of Concept) para desarrollar un sistema de automatización del tipo MTP (Module Type Package), una metodología estandarizada que permite la interoperabilidad entre cualquier módulo y sistema de orquestación.

“En proyectos nuevos como este, hay que comprobar constantemente dónde surgen los problemas, analizarlos y solucionarlos para que el programa, y en este caso concreto la interfaz de visualización del sistema destinada a los operarios, funcione correctamente”.

Adrian Matthys tuvo la oportunidad de desarrollar y poner a prueba sus habilidades cuando participó en la edición de 2022 de WorldSkills, el campeonato del mundo de habilidades técnicas profesionales para jóvenes talentos. En 2020 obtuvo la medalla de oro en el SwissSkills, el campeonato nacional de formación profesional, junto con otro aprendiz de PB Swiss Tools, con quien ganó la medalla de bronce en la categoría de Mecatrónica en el WorldSkills 2022. “Durante cuatro días, tienes que diseñar, montar, programar y hacer operativo un minisistema de producción. Es difícil, pero también muy instructivo, ya que aprendes a no darte por vencido y a mantenerte concentrado en un objetivo”.

Confianza y responsabilidad     

Para llegar hasta ahí, Adrian Matthys pudo beneficiarse del apoyo material y psicológico de Actemium durante la fase de preparación. “Aprecio mucho la manera en que los directivos de VINCI Energies, y al más alto nivel, se interesan por la formación de los jóvenes. También prestan especial atención a las necesidades y las expectativas de los trabajadores en relación con las condiciones de trabajo o de desarrollo profesional”. Entre los valores que promueve VINCI Energies, la confianza y la responsabilidad son sin duda dos de los que caracterizan a Adrian Matthys.

En cuanto a su futuro, tras su graduación, dentro de tres años y medio, al joven ingeniero en automatización le gustaría trabajar en el extranjero. “La red internacional de VINCI Energies ofrece múltiples posibilidades. También me gustaría dedicar parte de mi tiempo a la enseñanza. De hecho, ya estoy entrenando a un aprendiz de Actemium que se está preparando para el WorldSkills de septiembre”.

El interés de Adrian Matthys por transmitir conocimientos posiblemente le viene de sus actividades como boy scout, en las que participa desde que tenía 11 años. “Es algo muy importante para mí. Aprendes responsabilidad y la capacidad para planificar actividades y compartir. También es un balón de oxígeno: pasar tiempo en el bosque con amigos me ayuda a desconectar del trabajo, que es muy exigente”.

 

Crédito de la foto: ©ThibaultDesplats

21/04/2023

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