A sus 28 años, Laurence Ketels es Business Analyst en Actemium. Desde el análisis de las necesidades del cliente hasta la implementación de soluciones llave en mano, pasando por su diseño, gestiona de principio a fin proyectos estratégicos para el sector industrial.
El boca a boca suele funcionar. Laurence Ketels pudo constatarlo al final de sus estudios de Ingeniería en Biociencias en la Universidad de Gante, Bélgica. “Era buena en las asignaturas de ciencias, pero no sabía muy bien a qué quería dedicarme, así que decidí estudiar ingeniería porque ofrece un gran abanico de posibilidades”, explica. “Dos amigas que habían estudiado conmigo y que se habían incorporado hacía poco a VINCI Energies no paraban de explicarme cosas positivas de la empresa: las condiciones laborales, el apoyo, las relaciones entre los trabajadores…”.
Durante un foro de empleo que su universidad organizó en 2019, unos meses antes de acabar sus estudios, Laurence Ketels no dudó en dirigirse al estand de Actemium y VINCI Energies. La conexión fue mutua. Tras algunas entrevistas y pruebas, al otoño siguiente le ofrecieron un puesto en Actemium como Business Analyst. “Aparte del trabajo en sí, lo que me acabó de convencer fue la posibilidad de cambiar de puesto o incluso de trabajo debido a la envergadura de la empresa”, afirma esta joven de 28 años.
Formación permanente
Tras más de tres años en Actemium Agri Aalter, Laurence Ketels no se arrepiente de su decisión. “Estoy muy contenta en mi trabajo, que tiene una dimensión social por el contacto con los clientes y un aspecto técnico relacionado con mi actividad principal. Además, es toda una satisfacción ayudar a los clientes a solucionar sus problemas”. Otra ventaja es la posibilidad de seguir aprendiendo. “Las tecnologías evolucionan muy rápidamente, por lo que es imprescindible estar siempre al día. En cuanto a la programación, es cierto que aprendí las nociones básicas en la universidad, pero aquí he podido perfeccionar mis conocimientos gracias a las formaciones internas”.
Aparte de las formaciones técnicas, Laurence Ketels aprecia la posibilidad que le ofrece la empresa de escoger, dos veces al año, un programa de aprendizaje extraprofesional. Ya ha realizado unas prácticas para perfeccionar la conducción y un curso sobre gestión del estrés (“es útil para el trabajo y también para mi vida personal”), y va a mejorar sus conocimientos de francés, tanto para ella misma como para poder comunicarse con su cliente Avril.
De hecho, este grupo agroindustrial francés es uno de los grandes clientes que gestiona el equipo en el que trabaja, integrado por una decena de personas, cuya misión es diseñar e implementar CMES (Centralized Manufacturing Execution Systems), softwares para optimizar los procesos industriales.
“En este momento, estoy trabajando en el CMES de la nueva fábrica del grupo belga Arvesta en Izegem, en Flandes Occidental”, manifiesta la joven. “El proyecto es muy interesante, ya que consiste en diseñar un software destinado a conectar varios centros de producción con normas y reglas muy diferentes que tendremos que harmonizar”.
“Las tecnologías evolucionan muy rápidamente, por lo que es imprescindible estar siempre al día”.
Se trata de un cliente que Laurence Ketels conoce bien. “Arvesta fue mi primer gran cliente cuando me incorporé a Actemium. En 2021, tuve que enfrentarme a todo un reto: realizar el proyecto de una fábrica mientras estaba aislada a causa del confinamiento y justo acababa de empezar. No fue fácil, pero con el apoyo del equipo lo conseguí y el cliente quedó muy satisfecho. Estoy muy orgullosa de ello”.
Solidaridad y acompañamiento
Paralelamente al proyecto Izegem, la Business Analyst está gestionando otro proyecto de gran envergadura para el grupo Vanden Avenne. De aquí a finales de 2024, ella y sus compañeros deberán implementar un software de gestión de operaciones de transporte. Este Transport Management System (TMS), que se instalará en las dos fábricas del grupo belga, optimizará los trayectos de los camiones y los métodos de carga. “Este tipo de herramienta contribuye a optimizar los tiempos de entrega, pero también a reducir el impacto medioambiental del cliente al disminuir su consumo de combustible”, subraya Laurence Ketels.
Recién graduada, la joven ingeniera tuvo que hacerse un hueco en un equipo formado exclusivamente por hombres. Ahora siente que ha ganado mucha confianza en sí misma. “Me siento más autónoma, no dudo en asumir responsabilidades y puedo trabajar desde casa sin que eso me estrese. El apoyo de mi responsable y de mi equipo ha contribuido en gran medida a ello. La solidaridad y el acompañamiento son dos de los puntos fuertes de la empresa”, señala Laurence Ketels, quien, a su vez y a título personal, transmite a su manera este gusto por el aprendizaje y la transmisión de conocimientos dando clases semanales de hip-hop a niños de entre 6 y 10 años.
14/09/2023